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Muchas son las mejoras que nos aporta el yoga a nuestra salud y bienestar. Con sus múltiples tipos de yoga o estilos, técnicas y prácticas se puede focalizar mejor el objetivo hacia aquello que deseamos cultivar o conseguir para mejorar nuestras vidas.

Yoga nos recuerda que el cuerpo (sensaciones, emociones) y la mente (pensamientos) están conectados, algo ignorado durante siglos en Occidente y que poco a poco se empieza a reconocer y tener en cuenta por distintas ramas de la medicina.

Por lo tanto, la práctica de Yoga afecta y crea armonía entre ambos. Esto tiene un impacto o reflejo en nuestras relaciones con el entorno y los demás.

Uno de los textos seminales del Yoga, “Yoga sutras de Patanjali”, proporciona principios éticos de comportamiento (yamas y niyamas), además de mencionar asana. como tercer paso.

También pranayama (prácticas de respiración), pratyahara (retirar la atención de los sentidos), dharana (concentración), dhyana (meditación) y la famosa iluminación o samadhi.

Patanjali se ha hecho popular por el sistema de 8 pasos mencionado pero es un texto centrado en la mente y de gran riqueza que podemos estudiar dentro de la filosofía del yoga.

Por lo tanto los beneficios van a variar según la técnica que apliquemos: si es sólo asana, o sólo pranayama, o sólo meditación, o relajación… o si combinamos varias técnicas.

En este caso, será más efectivo pero también es importante saber qué técnicas son para no dar información contradictoria a cuerpo y mente.

Beneficios del Yoga para el cuerpo

En este artículo no vamos a distinguir entre cuerpo y mente, es una clasificación ya más que obsoleta.

Lo que ocurre en la mente afecta al cuerpo y viceversa. Cómo respiramos (cuerpo) afecta no sólo a otros sistemas sino al estado de la mente y de ánimo.

Veamos los sistemas que conforman el cuerpo humano y, aunque sus funciones estén interconectadas, intentar poner luz en el beneficio de la práctica de Yoga en nuestro cuerpo y, por tanto, mente.

Vayamos uno por uno analizando a nivel fisiológico los sistemas que se ven afectados y experimentan mejoras con el Yoga:

BENEFICIOS CORPORALES DEL YOGA

Mejoras en los sistemas corporales

Sistema Muscoloesquelético

El que nos permite mover libremente nuestro cuerpo a la par que aporta estabilidad y sostén.

Está compuesto de músculos, huesos, tendones, cartílagos, ligamentos, articulaciones y otros tejidos conectivos que conectan órganos y tejidos.

La parte física del yoga (asanas) nos ayuda a fortalecer y mejorar la resistencia del cuerpo. Al movernos evitamos patologías y mantenemos los huesos sanos.

Estilos como Hatha Yoga en el que mantenemos la postura creando fuerza y estabilidad, Vinyasa Yoga que se practica a un ritmo más rápido desarrollando más fuerza o estilos como Yin Yoga que afectan en concreto al tejido conectivo y la fascia.

Este último produce una liberación miofascial que nos ayuda a eliminar adherencias en los tejidos que limitan la comodidad en el movimiento, etc

Todas estas prácticas no sólo mejoran nuestra consciencia corporal, nos permiten entender nuestros patrones de movimiento y tensión, empezar a liberarlos, mejorar ciertas lesiones y estar más a gusto en nuestra piel.

Sistema Nervioso

Es el sistema más complejo y organizado que tenemos. Es el centro de la actividad mental, pera además es un sistema de control, regulación y comunicación muy sofisticado, tanto, que hay zonas que no sabemos al 100% cómo funcionan (véase el sistema entérico: ese híbrido digestivo-nervioso).

Es el sistema, junto al endocrino, que mantiene la homeostásis o equilibrio interior frente a los cambios.

También controla los movimientos voluntarios (los que hacemos durante una clase de Yoga por ejemplo), pero también muchos procesos involuntarios con la función vital de mantenernos a salvo frente a las amenazas.

El sistema Nervioso se considera también origen de nuestras emociones, sensaciones físicas que dan lugar a emociones y estados de ánimo, en concreto el SNA (Sistema Nervioso Autónomo)

Como comenta Tamara Suarez, especializada en Sistema Nervioso en la práctica de yoga y fundadora de BSMT Yoga:

 

“Es tan importante conocer el sistema musculoesquelético para evitar lesiones físicas como conocer el Sistema Nervioso y sus distintas ramificaciones así como la teoría polivagal para evitar y saber lidiar con emociones como ansiedad, ira, angustia, depresión, TEPT (trastorno de estrés post-traumático), etc.

Es clave entender el cuerpo físico así como el emocional de los practicantes de yoga ya que vamos a afectar a todo ello y queremos siempre mejorar y ayudar y no empeorar o activar estados no deseados”.

El cerebro

A través del movimiento, la respiración y la atención podemos generar cambios muy positivos en el sistema Nervioso Autónomo.

Podemos afectar al estado de ánimo y humor.

Además la práctica de Yoga es una herramienta muy útil para personas con trauma o TEPT y para ello es fundamental tener conocimientos sobre el sistema Nervioso.

Otra parte del Sistema Nervioso (del SN Central concretamente) es el cerebro y otra de las zonas que mejora con el Yoga en concreto con la meditación o en prácticas más lentas como Yin Yoga.

En ambas se une la práctica de meditación/concentración.

Se ha comprobado que la amígdala o zona de nuestro cerebro que nos alerta reduce su tamaño/actividad mientras que la corteza prefrontal o esa zona del cerebro que supervisa y decide qué es importante, se activa.

Esto quiere decir que no estaremos tan agitados, nerviosos o hiperalerta y sí con más capacidad para estar en el presente y decidir qué es importante y requiere de nuestra atención.

Pero además nos ayuda a estar concentrados, no juzgar, no dejarnos arrastrar por los problemas o preocupaciones y tener perspectiva.

Proporcionando una sensación de equilibrio, contento o bienestar emocional tan necesario en los tiempos que corren, así como mejora nuestra cognición y nos ayuda a lidiar con la sensación de dolor persistente.

Pero además estas prácticas ayudan a reducir el estrés.

Y cuando hablamos de estrés, que es una desregulación del sistema nervioso y hormonal, múltiples sistemas se ven afectados.

La práctica de Yoga, guiada y diseñada de la manera adecuada, puede reducir los niveles de estrés lo que tendrá un impacto en la cualidad de nuestro descanso, atención y sistemas ya mencionados.

Hay prácticas cuyo objetivo es despertar la respuesta del SN Parasimpático y reducir la respuesta del estrés: como Yin Yoga, Yoga restaurativo o prácticas de yoga lentas basadas en el movimiento.

Sistema Respiratorio

Los yogis consideraban la respiración como la puerta de entrada hacia la liberación y esa unión de posturas/asanas y respiración hacen única a la práctica de yoga.

Prana, energía o fuerza vital se dice en la tradición del Yoga que es transportada por la respiración.

De manera que al respirar no sólo intercambiamos gases sino fuerza vital.

La respiración es un proceso que sucede de manera involuntaria (sin que tengamos que estar pendientes de respirar) pero también de manera voluntaria cambiando patrones de respiración, lo que tiene un efecto rápido en los centros emocionales del cerebro y por lo tanto, en nuestro estado psicológico, así como en otros sistemas del cuerpo.

La práctica de asanas de Yoga mejoran nuestra postura y afectan a músculos relacionados con la respiración como el diafragma, iliopsoas, abdominales, lumbares, trapecios, etc… esto tiene un impacto en la manera en la que respiramos

Sistema cardiovascular

Formado por el corazón, vasos sanguíneos y sangre, se encarga de trasladar oxígeno y nutrientes a todas las células eliminando sustancias de deshecho.

Además lucha contra las infecciones, regula nuestra temperatura y mantiene la homeostásis.

Con muchas de las asanas afectamos a nuestra postura y mejoramos la circulación sanguínea, otras ayudan a que descienda la presión sanguínea, etc.

En personas con hipertensión es lo ideal consultar al médico antes de practicar yoga y estar atentos en posturas invertidas suaves  y que su profesor les de múltiples opciones, mientras que en aquellas invertidas completas como sarvangasana o sirsasana evitarlas completamente.

Un descubrimiento relativamente reciente y muy interesante es la Variabilidad del Ritmo Cardíaco (HRV) que es la variedad de tiempo entre latidos y cómo nos muestra desequilibrios del SNA, y cómo cultivar la coherencia cardíaca afecta a la depresión y la ansiedad.

La práctica de Yoga afecta a la regulación cardíaca autónoma aumentando el HRV y la dominancia vagal (Tyagi y Cohen 2016).

Sistema Linfático e inmune

Están tan unidos que es casi imposible hablar de uno sin incluir al otro.

La práctica de Yoga, como hemos visto anteriormente, puede reducir el estrés y esto se va a reflejar en una mejora en el funcionamiento de estos sistemas.

Sistema endocrino

Formado de las glándulas que producen hormonas que regulan el metabolismo, crecimiento, sueño, estado de ánimo, función de los tejidos y función sexual y reproductora.

Cuando se desequilibra nos volvemos ansiosos, dormimos peor, incluso puede degenerar en diabetes

Aunque no podemos controlarlo voluntariamente, la práctica de Yoga tiene un profundo efecto en la fisiología de este sistema.

Se ha demostrado que la meditación disminuye los niveles de cortisol (estrés) y aumenta los de dopamina y endorfina (hormonas del placer y modulación del dolor), pero también la parte física del Yoga ayuda a equilibrar los químicos u hormonas producidos internamente (aunque no con la popularizada idea de hacer invertidas, no se ha desmostrado que éstas tengan ningún efecto sobre las glándulas de cuello o cabeza)

Sistema reproductor

La práctica de Yoga mejora no sólo las molestias durante el ciclo menstrual sino que además ayuda a las embarazadas a mantener cuerpo y mente sanos y a sentirse relajadas de cara al parto (siempre con una práctica diseñadas para ellas con modificaciones que eviten el cansancio, estrés fetal y parto prematuro).

También ayuda durante los tratamientos de fertilidad, ya que juega un papel importante en la gestión del estrés, la ansiedad y depresión durante el tratamiento.

Sistema Digestivo

Yoga tiene una relación especial con la alimentación y el Sistema Digestivo.

Muchos linajes de Yoga o su ciencia hermana, el Ayurveda, buscan el equilibrio y salud a través de la alimentación de una manera personalizada y se dice que Yoga mejora el «fuego digestivo» (proceso digestivo, metabolismo…).

Comer con plena atención nos permite disfrutar de la comida y hacer elecciones saludables.

Beneficios del Yoga para la mente

Si pudiéremos aislar la mente del cuerpo quizá podríamos analizar los beneficios exclusivos del yoga en ella.

La práctica de asana en la que movemos el cuerpo, oxigenamos tejidos, mejoramos la circulación, respiración, etc tiene un impacto en nuestra mente.

Es una de las claves de un estilo de yoga que ha surgido en los últimos años: Yoga sensible al trauma y cuyos principios y consideraciones se pueden aplicar a cualquier clase de yoga de manera que sea inclusiva y respetuosa.

Se ha demostrado que el movimiento ayuda a soltar tensiones de carácter emocional y a que los tratamientos psicológicos sean mucho más efectivos.

Esto se traslada a personas con altos niveles de estrés que buscan practicar yoga para la ansiedad o para la depresión.

De manera que se utiliza la vía del cuerpo para sanar lo que podemos llamar mente (sin olvidar que los dos conforman un todo que no se puede separar).

De hecho los yoguis no buscaban tener un cuerpo sano sino liberar la mente del sufrimiento y para ello se fue esculpiendo todo el sistema de yoga a lo largo de los siglos.

Es en los últimos años cuando se ha puesto el foco más en la parte física.

Las prácticas de pranayama o respiración, relajación, Yoga Nidra, concentración y meditación están diseñadas para afectar directamente a la mente.

Cuerpo-mente es un camino de doble dirección, los beneficios en la mente se reflejarán por tanto en el cuerpo y viceversa.

Si aprendemos a estar más en calma, relajados, con perspectiva, cultivando compasión, comprensión etc vamos a afectar al cuerpo: descansamos mejor y esto tendrá un impacto muy positivo en todos los sistemas del cuerpo así como en nuestro cerebro.

Como decía Thomas Hanna, “una persona estresada vive en un cuerpo estresado”. Nuestro cuerpo va reflejar los efectos de ese estrés incluso en nuestra fisionomía.

Conclusión

Nuestro cuerpo está formado por un conjunto de sistemas que interactúan entre sí y en cuanto mejoramos el funcionamiento de uno de ellos, los demás se ven afectados.

Yoga afecta en concreto al musculoesquelético, nervioso y respiratorio y esto hace que miles de aspectos de nuestra vida mejoren: estrés, ansiedad, sueño, fertilidad, digestión, inmunidad, hormonal, percepción del dolor, etc.

¿Cualquier clase de yoga? Lo ideal es una práctica personalizada pues siempre depende de las necesidades e intereses del individuo.

Por ejemplo: movernos nos sienta bien a todos pero con matices. No será la misma práctica para alguien que tiene una lesión en el hombro, el que quiere practicar yoga para la espalda, que un adolescente, alguien con esclerosis múltiple, ansiedad, de la tercera edad, embarazada, futbolista profesional, etc.

Para que sea realmente efectiva debería tener ciertas modificaciones y para que no haya riesgos en ciertos individuos, éstas son imprescindibles.

¿Será el mismo movimiento para alguien con una operación de menisco que para una mujer recuperándose de una cesárea?

Obviamente no, así que es importante que nuestro profe esté a la última en conocimientos sobre anatomía y biomecánica.

Pero además depende de nuestros gustos.

Quizá queremos relajarnos, ¿habría que hacer entonces sí o sí Yin Yoga? Pero quizá a esa persona no le gusta o le impacienta estar quieto durante cierto tiempo (una característica de la práctica).

Por supuesto hay variantes y otras muchas maneras de relajarnos.

Por último, si buscamos un objetivo concreto: aumentar rango de movimiento, dormir, eliminar estrés, somos diabéticos, mejorar una lesión, tenemos alguna enfermedad, etc aún más importante es que nuestro profesor sepa qué prácticas son las adecuadas y efectivas.

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